lunes, 22 de abril de 2013

Exhausto


Tus palabras... 
cubrieron rastrojos con amapolas,
llenaron los campos de aromas de espliego.

Rociaron dulzura por los barbechos,

haciendo autopistas en caminos estrechos.


Tus palabras,
tu palabra,
tú.

Tus silencios,
tu (silencio),
y yo.

Tu (silencio) y yo
nos abrasamos en tu ausencia.
Le acaricio, le beso, le mordisqueo...
El me mira con ternura,
se me acerca...
y me confiesa tu dulzura.

Me dice que intuye
que un día no muy lejano
tendrá que soltarme de la mano,
porque en tus labios amordazados
renacerá la angustia dormida
que le aparte de mi vida.

Yo le contemplo cobarde,
ecuánime como una epidemia
exhausto e imperturbable.
Y le ruego que se libre
de esta amenaza indivisible.
Pues si de tus labios latentes
renaciera la palabra,
que cual mendigo amortajado
reposara aquí a mi lado. 
Ruego que mantenga su fe,
pues, en la dicha de tus vocablos
floreció el sentido más común 
afín a este antiguo diálogo.

Así podremos acabar con los versos
para brindarnos ese algo...
...que lo signifique todo,
que nos descuide el alma
y nos amanse los sueños,
envueltos con atardeceres cenicientos
que hagan que nos volvamos a sentir pequeños
en el leve el roce de nuestros recuerdos.  

Seamos pues mirada silente,
instante de eternidad.
Enhiesto gesto elocuente
ardiendo cual llama valiente,
ensayo humilde de intimidad.
Y entonces,
en la resiliencia de este acento
seremos capaces de acariciar el cielo.

Y tú,  
idolatrado (silencio)
abrazarás al viento
con las torpes manos que tropiezan
en las lindes de un sentimiento.
Esas jodidas líneas que amenzan
con vacíos eternos,
son haces de cuchillas que trazan
el destino certero hacia el infierno.

En mares urdidos con las nostalgias
que andan sangrando este débil gobierno.
Para ahuyentar perpetuas escarchas
que siempre caminaron descalzas
al margen de una tenue esperanza.
Aquellas huellas que,  
en el tamiz de la distancia,
me fueron arrebatando los restos
de tu ubicuo sedimento...
... arrancándome de cuajo 
las raices de mi aliento.

                                              José ángel

 
Cuando la distancia nos separa..
alargo mi sombra hasta conseguir acariciarte
con la ausencia de tu luz.


18 comentarios:

  1. "Y entonces,
    en la resiliencia de este acento
    seremos capaces de acariciar el cielo".

    esa capacidad de sobreponerse al dolor, hace que ese amor sea como un tonificante, que consigue recuperar la energía y la fuerza suficiente como para mantenerse en pie, frente a sus ojos...

    es precioso José Ángel.

    un fuerte abrazo

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    1. siempre tan amable, palpando las ideas que escondí entre las líneas.

      Besos grandes Esi.

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  2. Ponerle voz al silencio...escuchar al silencio... confraternizar con el, para que te de una tregua, me conmueve..un abrazo

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    1. Muchísimas gracias por venir y por intervenir Fina, me abrazo a la tregua que propones.

      Besos.

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  3. "Esas jodidas líneas que amenazan
    con silencios eternos,
    son haces de cuchillas que trazan
    el camino regio hacia el infierno."
    Doy fe de ello. Un poema para leerlo en silencio.
    Un abrazo al más locuaz compañero de viaje.

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    1. No hay grito de dolor,
      que no tenga al fin por eco una alegría.

      (Ramón de Campoamor)

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  4. Qué bella poesía, enhorabuena, besos.

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    1. Qué amable eres, tu aroma me llega muy dentro.

      Besos oblícuos.

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  5. Te dejè el comentario en otra entrada...
    Pasè varias veces a visitarte y pensè que estabas de vacaciones con las musas jaja.
    Seguramente me equivoquè en la fecha.

    Debe ser muy difìcil amar a la distancia, pero no imposible.
    Besos St@gh

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    1. Debe ser difícil amar con todas sus consecuencias, y aún así entregaría mi alma con tal de no morir sin antes conocerla.
      La vida en sí, ya es viaje...las musas susurran entre el bullicio y el silencio, en el lecho de piedras que son los versos.

      Besos Adriana

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  6. Excelente poesía como para disfrutar en esta noche tranquila... Me ha caído perfecta :)

    Besos!

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    1. La verdad es que soy un ferviente devoto del poder sanador de los poemas en cuanto a nuestras rendijas del alma, por donde se nos escapa la vida si no la envolvemos con el ungüento que nos ofrecen los versos.

      Gracias por tus besos que te devuelvo elevados al cuadrado.

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  7. Son las palabras
    el refugio,el alimento
    que el poeta necesita
    para nutrir su alma.

    Un abrazo

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    1. Creo honestamente en la capacidad paliativa de la poesía, en su potencia consoladora frente a los trastornos y desánimos que pueda depararnos la vida.

      (Caballero Bonald en su discurso de recepción por el premio Cervantes)

      GRacias Marisa, un placer verte por aquí.
      Besos.

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  8. Yo también creo en la poesía milagrosa que nos salva hasta de nosotros mismos.

    Saludos.

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  9. Me gustan especialmente estos versos, este poema... y el anterior también...

    Un beso de buenas noches.

    PD: Feliz cumpleaños atrasado. Espero que lo hayas pasado bien.

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    1. Gracias por tomarte la molestia de leer estos versos, por tu felicitaciones y la armonía que me traes.

      Buenas noches encanto..)

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