sábado, 29 de septiembre de 2012

Carta de una Desconocida


"...Mi hijo, nuestro hijo ha muerto;
ahora no puedo querer a nadie
en el mundo más que a tí.
¿Pero quién eres tú para mí, tú que nunca
me has conocido, que has pasado cerca de mí
como se pasa a la orilla de un arroyo, o sobre
una piedra a la cual se pisa; que siempre te vas
lejos y me abandonas en una espera eterna?...."

"...Pero este grito no llegarás a oirlo mientras
esté viva todavía; solo después de mi muerte
recibirás este legado mío, el de una mujer que
te ha amado más que nadie y a la que nunca has
conocido, el de una que siempre te ha esperado
y a la que no has amado nunca.
Tal vez me llames al oir mi grito, y yo te seré
infiel por primera vez; no te oiré desde mi tumba..."

"Te estoy agradecida hasta mi último aliento.
Me siento mejor: te lo he dicho ya todo,
lo sabes todo ya (ya no solo es un pensamiento en tí),
sabes como te he amado y este amor no te deja ningún sufrimiento. No notarás mi falta; eso me consuela;
nada cambiará en tu vida brillante y gozosa...;
no te molesto con mi muerte..., eso me consuela,
querido mío.

¿Pero quién?
¿Quién te mandará rosas blancas en tu cumpleaños?
Ah, la jarra estará vacía, el tenue aliento de mi vida
que allí reposó durante años,
se habrá apagado..."

(Stephan Zweig)


Tú y yo somos dos mitades de una inútil batalla,
ni siquiera dos caras acuñadas por la misma derrota.
(Olga Orozco)

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Voy a Trazar una Línea

  
 
¿Cómo voy a ser tu ángel de la guarda
sin que se me rompan las costuras?
Para contemplarte ecuánime y sin partitura,
desde los cielos donde me empapas
con los bordes de tu cintura.

¿Cómo voy a poder explicarte
sin temor a equivocarme?
Que me atormenta en el alma
devorar en mis sueños tu calma,
para volver a perderte cada mañana.

¿Cómo podré protegerte
y ser tu dulce compañía?
Si eres la piel que mis manos echan en falta;
en esta antigua letanía, donde mi deseo cabalga
por entre tus vértebras lumbares.

¿Cómo podré cobijarte
y darte auxilio en tu vida?
Si alabo los suspiros que provocas
en cada baldosa que pisas,
aquí donde te busca mi boca...
...allá donde tu mirada reposa.

Creo que voy a trazar una línea
entre tu altura y mi compostura.
Y me voy a dedicar a esperar
con diligencia lanar,
que un día necesites mi ayuda.

Para, con abnegada obediencia,
ejercer con valor y coraje,
fiel al exceso de mis funciones
como centinela de tu esencia
y leal vigía de tu linaje.

astagh..)

 

Va a hacer falta un buen Otoño,
después de un verano tan largo.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Esta Espera INcierta

 
...enfermó de verdad de aquella espera incierta
que es quizás el mayor sufrimiento que existe. 
Sé lo que se siente… 
Más tarde, cuando nos divorciamos, 
yo también lo estuve esperando así durante un tiempo, 
tal vez un año. ¿Sabes?, 
como cuando te despiertas en mitad de la noche 
y sientes que te falta la respiración, 
como un asmático falto de aire que estira la mano 
en la oscuridad buscando otra mano.  
No logras entender que el otro ya no está a tu lado, 
ni siquiera en la casa vecina o en el mismo barrio. 

En vano pasearás por la calle, 
pues no se cruzará contigo. 
El teléfono se convierte en un trasto inútil, 
la prensa está llena de noticias superfluas 
sobre hechos banales, 
por ejemplo que ha estallado una guerra mundial 
o que han destruido un barrio entero 
en alguna capital europea de millones de habitantes… 
Te cuentan lo que ocurre en el mundo y, 
tras escuchar con educada atención, 
dices con aire distraído: 
“¿De verdad?... No me diga… Muy interesante”, 
o bien: “¡Eso es estremecedor!”, 
pero no sientes absolutamente nada. 

En una hermosa novela española, 
un libro inteligente y triste,leí que esa especie de hechizo
ese estado de ánimo de los enamorados en eterna espera 
del amor ausente tiene algo en común con el desvarío de los hipnotizados; y que sus miradas son como la de los enfermos que empiezan a despertar de su delirio 
y levantan con esfuerzo los párpados hinchados. 
No ven nada más que un rostro, 
no oyen más que 
un nombre.

(Sándor Márai - La MUjer Justa)



No puedes curarme porque 
Tú eres la herida

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Baílame el Agua I

Prefiero morir vicioso y feliz a vivir limpio y aburrido. 

Prefiero encontrar una estrella en el fango a cuatro diamantes sobre un cristal. Prefiero que la estrella queme, que sea fuego, a un tacto rezumante de frialdad. 
Prefiero besar el duro suelo veinte veces para llegar una sola vez a lo más alto; 
a escalar poco a poco, sin caer nunca pero sin llegar jamás a la cima. 
Prefiero que me duela a que me traspase, que me haga daño a que me ignore.

Prefiero Sentir.

Prefiero una noche oscura y bella, sucia y hermosa, a un montón de días claros que no me digan nada. Prefiero una cadena a un bozal. Prefiero quedarme en la cama todo el día pensando en mi vida a levantarme para pensar en la de otros. Prefiero un gato a un perro. Porque el gato te araña, es infiel, te ignora, se escapa, pero sabes que, a pesar de todo, no podría vivir sin ti. En cambio, el perro es tonto, no sabe nada, te obedece hasta el absurdo. Prefiero las mujeres gato a las mujeres perro, por las mismas razones. Prefiero el mar a la montaña. La vida es una noche tumbado en la playa, mirando las estrellas sin verlas, soñando despierto, dejando que la arena se cuele entre los dedos de mis pies, embriagado de todo. Y la noche, siempre la noche. 
Nunca a la luz del sol.  

La noche es mágica. 

Me hace vivir, no pensar. Me pone en movimiento. Rompe mis esquemas. Prefiero las noches frescas de verano, andar con poca ropa, sentarme en el suelo y meterme algo de vida en el cuerpo. La mañana me sabe a dolor de cabeza.

Me da Sueño.

Me quita las ganas de hablar. Me recuerda que soy mortal. Me recuerda que soy normal. La noche me hace único. Prefiero el color de la sangre y el de la gris niebla que difumina las cosas. Si sabe que prefiero el frío cuero, ¿por qué se viste con el traje de terciopelo?. Se me escurre entre los dedos… Prefiero experimentar las cosas, aunque me hagan mal. Aunque me hiervan la sangre. Prefiero probarlo todo a morirme sin saber lo que me gusta. 

Y, más que nada, 
prefiero la vida que dan sus besos de caramelo y la suave caricia de su piel caliente.

Daniel Valdés


lunes, 17 de septiembre de 2012

No te Voy a Cansar con Más Poemas

No te voy a cansar con más poemas. 
Digamos que te dije 
nubes, tijeras, barriletes, lápices, 
y acaso alguna vez 
                                     te sonreíste. 
(El último poema para Cris de Julio Cortázar) 



No abuses de mi inspiración,
no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado
que está cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que estos son
los últimos versos que te escribo...
(Joaquín Sabina)