No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un grano, ni un momento.
Es solo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.
(Jaime Sabines)
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un grano, ni un momento.
Es solo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.
(Jaime Sabines)
No es...
No es que falte
el suave candor de tu mirada,
ni es la doliente ausencia
del firmamento de tu espalda.
No es ni tan siquiera esa breve añoranza
de las tibiezas...
con que me arropaban tus palabras.
No es nada tuyo lo que echo de menos
en este preciso momento.
Ni es el vacío del precipicio
con el que has llenado mis manos,
ni ese temblor repentino
de no encontrarte en mis brazos.
No es que me falte tu piel
ni el haberla encontrado,
ni tan siquiera pensarla un instante
evaporándose aquí a mi lado.
No es melancolía, ni nostalgia...
tampoco de eso se trata.
Ni es la armonía de tu conversación
ajena al deseo...
que se me clava en la garganta.
No es ese beso
que envuelve en papel de estraza
toda mi esperanza,
ni la ensenada de tu boca,
ni esa terrible distancia.
No es la sombra
que huye de tu resplandor
para hundirse en mi pecho.
Ni ese angustioso lamento
en el que se ahoga mi desconcierto.
No es la sed
que persigue a un corazón sediento,
ni la lluvia,
ni lo es el viento.
No eres tú,
ni tu idolatrado sedimento.
No es que falte
el suave candor de tu mirada,
ni es la doliente ausencia
del firmamento de tu espalda.
No es ni tan siquiera esa breve añoranza
de las tibiezas...
con que me arropaban tus palabras.
No es nada tuyo lo que echo de menos
en este preciso momento.
Ni es el vacío del precipicio
con el que has llenado mis manos,
ni ese temblor repentino
de no encontrarte en mis brazos.
No es que me falte tu piel
ni el haberla encontrado,
ni tan siquiera pensarla un instante
evaporándose aquí a mi lado.
No es melancolía, ni nostalgia...
tampoco de eso se trata.
Ni es la armonía de tu conversación
ajena al deseo...
que se me clava en la garganta.
No es ese beso
que envuelve en papel de estraza
toda mi esperanza,
ni la ensenada de tu boca,
ni esa terrible distancia.
No es la sombra
que huye de tu resplandor
para hundirse en mi pecho.
Ni ese angustioso lamento
en el que se ahoga mi desconcierto.
No es la sed
que persigue a un corazón sediento,
ni la lluvia,
ni lo es el viento.
No eres tú,
ni tu idolatrado sedimento.
Es tan solo
esa imagen que me hice de ti,
ese misterioso espejismo
inundando por completo
los confines de mi devenir
en este inmenso desierto.
Perderme en un viaje sin retorno alrededor de tu sonrisa
para descubrir que el mundo todavía puede ser un cuento
al que aún no me has invitado.
ResponderEliminarHay momentos, hay encuentros...
Hermoso de principio a fin.
Qué coincidencia... me encanta esa canción.
Precisamente la he estado escuchando estos días...
Un beso.
«Cuando te mueves en los lugares adecuados, en el tiempo adecuado, en la luz adecuada, el mundo, todavía, se convierte en cuento». (Peter Handke)
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EliminarMe guardo esta cita... gracias... ;)
toda tuya, confío en que te ocurra.
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Eliminar'¿Qui lo sá?'
He estado ahí en tres ocasiones... pero el 'cuento' no culminó o no como anhelaba mi esperanza...
Yo también te deseo que te ocurra o te vuelva a ocurrir a ti.
Otro beso.
ResponderEliminarPD: También me gusta mucho ese poema de 'Jaime Sabines'.
Y a mí, que vuelvas y me dejes tus sensaciones.
EliminarBesos grandes.
...Ni son tus muslos duros como el día,
ResponderEliminarni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada -¿qué es una mirada?-
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño...
J.Sabines
Las imágenes que nos hacemos de los otros en ocasiones suelen defraudarnos...De todos modos no está mal idealizar, sonríamos, vivamos el sueño de los tiernos, cortemos flores en los jardines del amor, salgamos a la calle con estrellas en el pelo y que los cuentos duren las mil y una noches.
La Vida es Bella a pesar de todo.
Besos.
La vida es siempre del color de los ojos con que la miran.
EliminarPerderte en la mirada de su alma, en el espejo de su cuerpo, en la sombra de su piel, perderse en su húmeda boca, en el sueño del atardecer.
ResponderEliminarUn beso.
Estoy perdido.
EliminarIdealizar a una persona es lo peor que se puede hacer...
ResponderEliminarPero somos tan soñadores que seguiremos haciéndolo :(
Besos!
Conseguir que la persona idealizada encuentre la alegría contigo, es un sueño por el que merece la pena seguir vivo.
EliminarBueno, pues sera el agua y ya está. besos.
ResponderEliminarMuy bonita tu entrada , felicidades.
Bonitos , bellos sentimientos de amor, abrazo.
El agua es un bien escaso en el desierto, así podemos llegar a ver oasis donde no los hay.
EliminarSiempre que se piensa que algo podría haber sido y no fue porque ahora lo sientes todo deshabitado y solitario, sin esa persona cerca es cuando se echa de menos toda la ilusión y el ensueño.
ResponderEliminarEs cierto, tus versos son siempre perfectos :))
un abrazo
siempre me faltará el poema que describa el sonido de tu sonrisa esilleviana.
EliminarGracias por tu amabilidad..)
Sabía que no era yo
ResponderEliminarQue no era nada mío
Que era viento
Que no
Que era lluvia
Que no
Por eso intenté, sin éxito, reconsiderar mi estado de nihilismo.
Y aquí estoy. Siendo que no siendo.
Abrazo
Eres, en la medida que sientes. El entusiasmo es mi única medida, sin ilusión no hay vida.
EliminarQué peligroso es hacerse esas imágenes del otro... pero que difícil es no hacerlo...
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